... rió de la inutilidad de un gasto tan enorme, admirandoy compadeciendo á la vez al ingeniero.Mientras tanto, Elena y Watson marchaban lentamente á caballo por laorilla del río. Ella mantenía cogida ...
... Buenos Aires...Evitó seguir hablando, por miedo á las incoherencias en que le hacíaincurrir su emoción. Elena había secado sus lágrimas y le miraba ahoracon interés.--Jamás he conseguido hacerme ...
... , lasimplicidad con que la pobre señora formulaba sus quejas y el engañoen que vivía. ¡Creer rica á Elena ¡Imaginarse que él podía imponer ásu esposa una vida ordenada y económica, como lo había ...
... el rostro con las manos.-¿Qué tienes, amor mío? -preguntó Elena reparando en la angustia de su esposo.-¡Elena ... ¡Elena ... ¡No te apartes de mí -exclamó el joven...
... 243; en los altos de la casa. El cu& 241;ado hab& 237;a protegido su retirada; pero a pesar de esto, la sensible Elena gimi& 243; entre l& 225;grimas pensando en el alem& 225;n: & 171;& 161;Pobrecito ...
... ama y verse despedido como un perro.-Pero yo, pobre de m& 237;, & 191;qu& 233; puedo remediar? -dijo Elena cruzando las manos.-Es terrible cosa -continu& 243; el hombre-c& 225;rcel con hueco acento ...
... ; los que habían llorado a unas mismas horas los tormentos de la ausencia, Gil y Elena, Elena y Gil;encia, Gil y Elena, Elena y Gil; por predestinación, perdían al fin, en hora tan...
... de florecillas blanquecinas y hojas estrechas de verde oscuro, que yacía sobre el tapete, lo recogió Elena, y, ahuecándolo con poco, medio me lo entregó y medio me lo tiró al pecho, diciendo, con voz ...
... mañana-Buscad esos papeles, señor duque -dijo Gil Gil-, y hacedme la merced de hablar con Elena.-¡Venid, señor doctor, venid El Rey se muere... -exclamó don Miguel de Guerra interrumpiendo al Amigo ...
... quetrae prisa.Ricardo se levantó para irse y Elena le rogó que se quedase,prometiendo despedir en un ... Estabaresuelto á todo después de haber oído á Elena.--Yo soy un hombre de...
... , la creo capaz de trastornar lacabeza á cualquier hombre. Muchos la llaman Flor de Río Negro.Elena, ofendida por la actitud de la hija de Rojas, la miraba ahoraorgullosamente.--Tal vez sea una flor ...
... contestó Manos Duras, mirándola fijamente--.Pero si usted me lo pide, haré cuantas muertes quiera.Elena se mostró complacida por esta respuesta, y dijo, mirando áCanterac:--¡Qué hombre tan galante ...
... y Dios me est& 225; castigando.-& 191;Qu& 233; has hecho?-Escrib& 237; una carta a Angelito -dijo Elena observando atentamente su pa& 241;uelo.-Eso s& 237; que no me lo hab& 237;as dicho.-Pensaba dec ...
Día 16 de enero de 18...& 160;13Pág. 13 de 13Cuesta abajoLeopoldo Alas–Elena, antes de proseguir, me miró con gravedad y sondeándome: quería ver si era yo digno de que ella siguiera hablando de tan ...
... religiosa al oir los sonidos delpiano y la voz de Elena. Era como la melodía de un mundo lejanísimoque ... á los tres varones que escuchabaninmóviles y apenas Elena hubo lanzado la...
... semejante al que hab& 237;a realizado la santa de Par& 237;s ante las hordas invasoras de Atila.Do& 241;a Elena tambi& 233;n visitaba las iglesias, pero las m& 225;s cercanas a la casa. Su cu& 241;ado ...
... , inmóvil, silencioso, cubriéndolos con su sombra...¡Gil Gil adivinó quién era Elena no veía al lúgubre personaje... Elena seguía viendo a la luna.El amigo de la muerte: cuento...
... -3,expedientes 102-105 y Legajo 6-78-46, expediente 1 y notas sueltas.↑ Gómez Moreno, María Elena. Ob. cit. nota supra 2, (1995), p. 153.↑ AGA, Caja 31/1848; ARABASF, Legajo 4- ...
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